lunes, 5 de marzo de 2012

Trabajar por ambientes es de provecho

Esta tarde nos hemos reunido todo el equipo educativo del CDI con el equipo de apoyo que llega de “Sant Just Solidari” –Aura, Caterina, Lourdes y Salomé– para hacer un primer intercambio de impresiones sobre cómo estamos haciendo funcionar los “ambientes de aprendizaje” recién instalados en los salones de nuestro CDI. También para evaluar su funcionamiento y decidir qué y cómo queremos seguir impulsándolos.

Hemos hecho una ronda de percepciones de cada educadora-maestra sobre lo realizado en su grupo de niñas y niños.

En lo que va de año hemos realizado algunos ensayos con los “ambientes” que ya dejamos instalados al finalizar el año pasado.

Donde le hemos echado más mecha –expresa Cristina– es en el hospital.
Constatamos que cuando estamos trabajando por ambientes los niños y las niñas están más concentrados, menos inquietos, que cuando están realizando tareas que nosotras les preparamos.

Cuando nosotros proponemos temas y tareas les hemos de hablar y hablar…, pero a las niños y niñas no les gusta que hablemos y hablemos… –sigue Cristina.

[Trabajar por ambientes] bastante ayuda para que los niños y niñas no se entretengan en andar de necios –afirma Georgina a cuyo grupo les gusta lo que es la cocina y la venta.


Marisol constata que algunos ambientes son utilizados más por varones que por mujeres y a la inversa. Por ejemplo, aunque tanto a las niñas como a los varones les gusta armar con las piezas de madera, los varones las acaparan. En cambio, en el “salón de belleza” se concentran solo niñas.

La observación de Marisol nos hace reflexionar sobre la importancia tomar conciencia de nuestra propia tendencia a tener expectativas, a atribuir preferencias, aficiones y actitudes o a asignar roles en función del sexo. Es necesario que pongamos los medios para rehuir esa tendencia y potenciar la equidad de oportunidades para niños y niñas.

Trabajar por ambientes es de provecho –reflexiona Georgina–. Al principio nos va a costar un poquito, pero en que lo dominemos un poco va a ir bien.

Nos proponemos instalar más “ambientes” de modo que en cada sala los haya en una proporción de un “ambiente” por cada cuatro/seis niños y niñas. Procuraremos caracterizar bien cada ambiente con los objetos y artículos que les correspondan y dispuestos convenientemente de modo que inviten a realizar en ellos actividades organizadas, así como a alistarlos de nuevo cuando se deje de jugar en ellos.

Algunas de las actividades de manualidades, pintura, motricidad fina, etc. que solemos hacer con niños y niñas procuraremos que tengan como motivo la preparación de algunos objetos que van a ser utilizados en los “ambientes”. Por ejemplo, frutas y verduras de papel “machée”, carritos, títeres, decorados para las funciones de títeres, animalitos para combinar con las piezas de armar, etc.

Podemos solicitar la colaboración de mamás y papás para que traigan cosas que ya no ocupan y puedan servir para montar ambientes: ropa, un bolso, zapatos, tarros, un cepillo, un peine, una calculadora que no funciona, etc. También es posible hacer una actividad con familias en la que se elaboren materiales para los “ambientes” y se preparen y decoren los escenarios de los mismos.

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